Texto leído en la Plaza de Mayo durante el
encuentro Memoria, Verdad y Justicia
Estamos hoy reunidos en esta histórica plaza del pueblo para repudiar una vez
más el siniestro golpe de Estado de 1976, que instaló la dictadura más sangrienta
que conoce nuestra historia.
Nos encontramos aquí varias generaciones para reafirmar la memoria del
genocidio; para transmitir nuestra verdad; para mantener vivo el recuerdo de
nuestros 30.000 detenidos desaparecidos, el dolor de tantos compatriotas asesinados, encarcelados, torturados, perseguidos y condenados al exilio; para exigir el
castigo de los responsables y ejecutores del genocidio; y para seguir luchando por
ideales por los que dieron su vida nuestros compañeros: una Argentina sin opresión ni explotación, una patria liberada.
Este año estamos aquí con un triunfo: hemos logrado con nuestra lucha inclaudicable por justicia, la anulación de las leyes de Punto Final y Obediencia
Debida, y la declaración de imprescriptibilidad de los crímenes de la dictadura.
Conseguiremos, en un camino de unidad sin concesiones, la anulación de los
indultos (sobre los que ya hay fallos judiciales que sientan precedentes), y la
cárcel efectiva a los represores.
La decisión de desalojar a la Armada de la Esma, uno de los símbolos del
terror dictatorial, es una reivindicación de la memoria de lucha de nuestro
pueblo y constituye un hecho valioso para todos los hombres y mujeres que
queremos justicia.
Consideramos de vital importancia que esta decisión se multiplique a los mas
de 365 centros clandestinos de detención que funcionaron en el país.
Las pretendidas autocríticas de integrantes de las Fuerzas Armadas son hipócritas, y en su lugar exigimos información pormenorizada sobre el destino de todos
y cada uno de los 30.000 detenidos desaparecidos.
No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos!!!
Exigimos que el estado asuma políticas activas que tiendan a determinar la
verdadera identidad de los casi 500 jóvenes que aun permanecen en calidad de
desaparecidos. Es uno de los efectos más perversos del genocidio que perdura
hasta hoy permitiendo que los jóvenes estén presos, peor aun sin saberlo, por que
mientras haya una identidad cambiada, se pone en dudad la identidad de un
pueblo.
Es por ello que exigimos que la justicia no prolongue la situación del secuestro,
ordenando y garantizando la realización de los exámenes de ADN.
Un punto de inflexión en la lucha popular fue el Argentinazo del 19 y 20 de
diciembre del 2001, cuando el pueblo se volcó a la calle porque no estaba
dispuesto a soportar otro estado de sitio; ni estaba dispuesto a seguir en el mismo
estado de opresión.
Esta gesta popular mostró que este pueblo tiene memoria, y que, a pesar
de las tergiversaciones, ideólogos y campañas, ha hecho su balance de lo que
fue la dictadura.
El golpe militar del 76 tuvo como objetivo imponer un proyecto de país, y, para lograrlo, recurrió al genocidio con el fin de destruir las organizaciones populares,
exterminando a los luchadores y sometiendo por el terror a todos los argentinos.
Las clases dominantes siguieron imponiendo sus políticas durante los gobiernos
constitucionales posteriores. El genocidio del terrorismo de Estado se continuó
con el genocidio económico. Durante estos años, el imperialismo, los terratenientes
y los grandes grupos económicos nacionales y extranjeros han dictado las políticas
económico-sociales aplicadas en nuestro país, que profundizan la crisis estructural de
la Argentina y agigantan la desigualdad entre los pocos que acumulan enormes
riquezas y los millones que no alcanzan siquiera a percibir un ingreso mínimo que
les garantice la subsistencia.
En estos años vimos surgir una dolorosa Argentina: la de la entrega de
nuestras empresas estratégicas de agua, energía, petróleo, línea de bandera, ferrocarriles, gas, la de los cierres de fábricas; la de los pequeños y medianos productores
del campo fundidos y los viejos y nuevos terratenientes, nacionales y extranjeros,
agigantados; la de los hambreados; la de los millones de desocupados y los obreros
con salarios por debajo del nivel de pobreza y flexibilizados. La Argentina de la
salud y la educación colapsadas. La de la corrupción por arriba y la mendicidad
por abajo. La Argentina de la impunidad, donde los sucesivos gobiernos ampararon
a las fuerzas armadas, a las policías y los civiles responsables y ejecutores de los
crímenes de la dictadura. Impunidad que engendró nuevas impunidades: la de los
atentados a la AMIA y la Embajada de Israel y la explosión de Rió Tercero, con
participación directa del aparato del estado; la de los crímenes del gatillo fácil; la
de los represores y asesinos de manifestantes y luchadores populares. Y vimos
nacer también la Argentina de la "inseguridad", en la que las fuerzas "legales",
de "seguridad", y la vieja "mano de obra desocupada" aparecen cada vez más
involucradas en la mayor parte de los llamados "ilícitos".
¿Cuál es la situación actual?
En la Argentina conmovida por el argentinazo, el gobierno de Kirchner tomó las
siguientes medidas: pasó a retiro a 39 integrantes de la cúpula de las fuerzas
armadas, derogó el decreto que impedía la extradición de militares, propició el
juicio político a integrantes de la Corte Suprema de Justicia y finalmente -movilización popular mediante- suspendió el operativo conjunto con los yankis Águila
III. También avaló la anulación de las leyes de impunidad y decidió el desalojo
de la armada de la ESMA.
No se sancionó la amnistía o desprocesamiento de los luchadores populares,
que resolvería la situación de más de 10.000 compañeros; continúan las persecuciones y se siguen sumando nuevas causas contra los que luchan. Paralelamente, se
ha desatado una campaña de desprestigio y persecución al movimiento piquetero,
ocultando que el drama de la desocupación, origen de la mayoría de sus reclamos,
no ha sido resuelto, sino que por el contrario, se profundiza día a día.
La lucha de los piqueteros, nacida en Cutral Co, se extendió de Jujuy a Tierra del
Fuego y hoy podemos decir que piqueteros somos todos y que esta manifestación
es un gran piquete popular.
Por otra parte, la brutal represión y los asesinatos del 19 y 20 de diciembre,
así como la masacre del puente Pueyrredón, que culminó con el asesinato de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, siguen impunes. En este período se sucedieron los asesinatos de Cristian Ibáñez y Marcelo Cuellar en Jujuy, se reprimió duramente numerosas puebladas, y se colocó una bomba durante una manifestación
popular en Plaza de Mayo, hecho inédito en las últimas décadas. Estos crímenes
tampoco han sido esclarecidos ni castigados.
Todos los que hoy estamos en esta Plaza tenemos claro que nuestra lucha
para terminar con la impunidad de los genocidas de la dictadura- que seguiremos
sin claudicaciones hasta ver a todos y cada uno detrás de las rejas- no se agota allí.
Sabemos que esa lucha incluye, como bien lo expresa la primera consigna con la
que convocamos a este acto, terminar con la impunidad de los genocidas de hoy:
los que matan de hambre, de miseria, de frío, de desocupación.
Y tenemos muy presente que este gobierno volvió a firmar un acuerdo con el
Fondo, por el que ha comprometido el pago del 3% del superávit fiscal primario
a los usureros internacionales. Este acuerdo acentúa la dependencia y el genocidio económico. Además el nuevo acuerdo firmado estos días acumularía pagos
todavía más onerosos, al reconocer mayores beneficios a los acreedores privados.
Con este acuerdo, Kirchner convalidó una deuda ilegítima, fraudulenta e inmoral y la está pagando. Pagarle al Fondo, es y será sobre el hambre y la miseria
del pueblo. El hambre es una realidad que persiste; la infancia desnutrida y las secuelas de esa desnutrición, más allá de las muertes actuales, se verán recién con
amplitud en la próxima década.
El Presupuesto para este año en salud y educación no variará las condiciones
de colapso que sufren hospitales, salas y dispensarios; tampoco los graves problemas de la escuela y las universidades públicas. El drama de la desocupación y los
salarios por debajo del índice de pobreza, y hasta de la línea de indigencia, tampoco permitirá terminar con la deserción escolar.
La situación de los niños y de los ancianos es de total indefensión.
Pocas de las fábricas recuperadas por los trabajadores han obtenido la regulación
de su situación y ayuda estatal para continuar la producción. Muchas corren riesgo de ser desalojadas.
Solucionar los graves problemas de nuestro país y de nuestro pueblo requiere medidas de fondo que este gobierno no está tomando. La concentración de la riqueza sigue en manos de unos pocos, y para la inmensa mayoría
se han agudizado los padecimientos. El generalizado aumento de tarifas
anunciado, y una continua suba de precios de los productos básicos, agravará aún más esta situación. A ello se agrega la nueva Ley Laboral, que sustituyó a la tristemente célebre "ley Banelco", y que, junto a la vigencia de la legislación antiobrera, violatoria de los derechos de los trabajadores, profundiza la precariedad e inseguridad laborales. Es alarmante el recorte de planes,
nacionales y provinciales, a los desocupados. Ante la desesperante situación de desocupación y como una solución transitoria, los planes sociales para desocupados deben ser universales. .
En este período no han cesado de manifestarse reclamos de justicia. Santiago
del Estero es un ejemplo de ello. Aquí y allá se han producido marchas y conflictos
por trabajo, por aumento de salario, contra la impunidad de las fuerzas policiales, por el esclarecimiento y castigo de los nuevos asesinatos de la represión. Aquí
y allá el pueblo está dispuesto a salir a la calle para encontrar solución a sus más
graves problemas.
En América Latina, se han abierto nuevos procesos políticos y sociales. En nuestro país, el pueblo ha acompañado con simpatía la lucha de los hermanos bolivianos, ha manifestado su solidaridad con Cuba y con la resistencia al golpismo reaccionario en Venezuela.
Nuevamente el imperialismo yanki ha intervenido en un país de América Latina. Haití es hoy un país ocupado. Exigimos que el gobierno Argentino, respetando la autodeterminación de los pueblos, no envíe un sólo soldado a Haití y no
mantenga cooperación militar alguna con los Estados Unidos. Decimos NO al
ALCA y NO a la militarización de la región
Han sido masivas las marchas del año pasado y de este año contra la invasión
genocida del imperialismo yanqui y sus aliados en Irak, y la posterior ocupación.
La lucha de ese heroico pueblo contra los invasores, y la derrota sufrida en España
por Aznar y su partido muestran que los pueblos se oponen a las potencias imperialistas y que es posible luchar contra ellas.
Aquí, en la Argentina, siguen vigentes los principales problemas que llevaron
al Argentinazo. Nosotros, los aquí reunidos, somos parte de un pueblo que lucha
desde hace muchos años por un país donde sean posibles el pan, el trabajo, la tierra, la salud, la educación, la vivienda, una niñez y una vejez protegidas, una juventud con futuro, justicia y plena vigencia de los derechos humanos. Somos parte
de un pueblo que quiere vivir con dignidad, en una Argentina liberada.
Por eso, así como cada 24 de marzo, sorteando todos los embates, estamos
presentes en esta plaza por la Memoria, la Verdad y la Justicia, nos comprometemos
a seguir dando nuestro presente en la lucha hasta que la Patria que soñaron nuestros
detenidos desaparecidos, se haga realidad.